domingo, 20 de marzo de 2011

ANTECENDENTES

Desde la década de los 80 ya se empezó a conocer el poder corruptor de los exportadores de Cocaína, en particular del primer gran cartel de la droga, el de Pablo Escobar. La primera reacción de institucionalidad colombiana fue de resistencia profunda al narcotráfico siendo los periodistas, jueces, policías y gobierno los que denunciaron a estas mafias, pero pagaron un serias consecuencias por estas declaraciones. Pablo Escobar mató en aquella época a decenas de periodistas, y en particular al director del segundo periódico más importante del país, mató al comandante de la policía, a centenares de jueces y fiscales, y finalmente al Ministro de Justicia. Con estos hechos quedó declarada la guerra terrorista del Cartel de Medellín al Estado, lo que desembocó finalmente en la derrota y muerte de Escobar.

Con la muerte de Escobar la mafia aprendió dos lecciones. La primera que es mejor corromper e infiltrar al Estado, que enfrentarse a él y en segundo lugar aprendieron que tenían que tener jueces, políticos y periodistas amigos y no enemigos, manteniendo vivo el negocio del narcotráfico para poder financiar los gastos que para lograr su cometido necesitaban tener asi como un ejército y retaguardias rurales, para un control territorial.

Es así como a mediados de los años 90 se conoció que el Cartel de Cali, que era la otra poderosa organización de narcotraficantes, que se había infiltrado en la campaña presidencial del Presidente Ernesto Samper, aportando cinco millones de dólares para la misma.

Muchos narcotraficantes se vistieron de camuflado e invocaron una condición supuestamente política para ser reconocidos en la mesa de negociación.

Durante años las investigaciones que la justicia adelantaba sobre vínculos de gobernantes y políticos con los paramilitares y el narcotráfico estuvieron paralizadas o no llegaban a ningún lado.

Después de varias declaraciones e investigaciones muchos congresistas, ministros y políticos fueron a dar a la cárcel, pero ningún castigo ejemplar.

En el 2002 y 2003 se habían empezado a ver fenómenos políticos; como regiones donde solo hubo un candidato para gobernaciones y alcaldías, o donde para las votaciones del Congreso hubo regiones totalmente controladas.

Los medios habían empezado a hacer llamados de atención sobre el tema, y algunas denuncias que bajo mucho temor hacían ciudadanos. Todo se quedó en rumores, y los candidatos, aunque elegidos bajo sospecha se posesionaron sin problema.

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